En la conferencia mañanera de hoy (18/12), el presidente de México volvió a relacionar al consumo de drogas con la violencia homicida que prevalece en Guanajuato. Esto ante una pregunta sobre la reciente masacre ocurrida el fin de semana en el municipio de Salvatierra, Guanajuato, donde 12 jóvenes perdieron la vida y varios más resultaron heridos.

Así lo dijo el presidente: 

“Todavía no tenemos toda la información, esto lo lleva el gobierno de Guanajuato, la fiscalía de Guanajuato. Es muy lamentable lo que sucedió, desde luego nuestro abrazo sincero a los familiares de los jóvenes, de los que perdieron la vida.

Es un crimen atroz, estaban en una posada y llegaron a asesinarlos, eso es lo que se conoce hasta ahorita. Aquí vamos a dar más información, ya hay algunas hipótesis pero no podemos adelantar nada.

Guanajuato requiere de un trato especial. Lo hemos venido diciendo, ya son varios casos así, es un problema, yo considero, estructural, de fondo, algo que se dejó crecer por distintas circunstancias, factores. Es de los estados, y no todo el estado de Guanajuato sino esa franja, con más consumo de droga en el país. ¿Cómo creció el consumo? Habría que analizarlo. Y cómo, también, se fue creando este comercio de droga, cómo se permitió tanto tiempo la operación de grupos del crimen organizado, qué relación [hay entre] las organizaciones criminales con las autoridades, sus vínculos, los acuerdos y, sobre todo, cómo evitar que siga creciendo.

A la pregunta de la misma reportera, Isabel González de Grupo Imagen, “¿esta línea de investigación del consumo de droga estaría siendo contemplada en estos hechos?”, el presidente respondió:

“Si, estamos trabajando en eso, pero es un asunto complejo porque no sucede en todo el país. Hay regiones en donde sí existe más consumo de drogas, hay más violencia y más homicidios, y hay que ver por qué en Guanajuato aumentó el consumo, que no es lo mismo que en Jalisco, ya ni hablemos de Oaxaca o de Yucatán, incluso es más el consumo en esa zona de Guanajuato que en Michoacán o que en Sinaloa, es un fenómeno que hay que analizarlo y enfrentarlo…”

De la respuesta presidencial resaltan dos elementos. El primero es que, a diferencia del caso de los jóvenes asesinados en Celaya dos semanas antes, ya no acusa a los jóvenes sino al consumo de drogas; esto es, ya no revictimiza a los jóvenes, sino que ahora señala al fenómeno social. Un avance en términos de respeto a las víctimas.

El segundo, por el contrario, es que insiste en relacionar al consumo de droga como causa de la violencia, “hay regiones en donde sí existe más consumo de drogas, hay más violencia y más homicidios”, señala como la hipótesis oficial, pero dicha explicación es endeble dado que hay estados donde el consumo de drogas es alto -quizás mayor que en Guanajuato- y no tienen un nivel similar de violencia homicida ni de masacres; tales como la Ciudad de México -principal mercado del país- y el estado de Quintana Roo. Incluso el mismo presidente lo reconoce, “no sucede en todo el país”, por lo que no se entiende por qué la insistencia de explicar la violencia señalando al consumo de drogas.

Quizás sería beneficioso refrescar la perspectiva oficial sobre el fenómeno la violencia relacionada con las drogas y observar cuáles son las drogas consumidas en los estados con mayor violencia homicida, además de profundizar en cuál es la relación de las autoridades con los grupos delictivos en esos estados. 

En este último sentido, el presidente parece tener razón al señalar la necesidad de cambiar al fiscal del estado de Guanajuato, quien pese a llevar más de una década en su puesto no ha podido contener la delincuencia en su estado, al grado que a veces pareciera no tener la intención de hacerlo.